lunes, 24 de diciembre de 2007

Día 19 - No hay sexto malo (10 de octubre)

Con el ansia viva de deborar países, empezamos esta entrada viajando una mañana de Münich a Salzburgo, en Austria, nuestro quinto país visitado (no contamos España claro).

Para los que no habéis llevado la cuenta, los 6 países son: Suecia, Dinamarca, Alemania, Holanda, Bélgica y ahora Austria.




Antes e subir al tren, en la propia estación de Münich, fué donde adquiri mi pulsera del oktoberfest, de la que ahora solo queda una semipulsera totalmente blanca en mi muñeca derecha.


El treyecto en tren hacia Salzburgo, fué cuanto menos peculiar.


De nuevo, como en Holanda, teníamos un corpantimento para nosotros solos. Solos hasta que entró una mujer con su hija pequeña, Caroline.





Esto nos amenizó bastante el viaje. En la foto aparece seria pero fué casualidad, ya que la niña no paró de reir y jugar con nosotros el trayecto que compartimos. Aprendimos alemán con su librito infantil y nos comunicamos como buenamente pudimos con su madre, que amalemente nos ayudó con un crucigrama que Pablo estaba intentando completar ¡¡en alemán!! Y sorpresa para todos, el crucigrama se completó con exito. He aquí una prueba:




Una vez en Salzburgo, de nuevo grandes paisajes que en España habría que rebuscar hasta el lugar más recóndito, por supuesto con su pedazo de riachuelo que es como cinco "Seguras" a tope de agua.









Por el camino, descubrimos una calle bastante graciosa, donde se encontraba la casa donde vivió Mozart, por supuesto cobraban la entrada, como no...




Y si os pensabaía que aquí Ángel no tenía animalicos a los que fotografiar, estabais muy equivocados. Aquí una vaquita.


El recorrido por Salzburgo iba destinado a subir una fortaleza (infernal desde luego). Una cuesta bastante maja la que había. Todo el mundo subía a esta fortaleza con el animo de unas vistas preciosas de la ciudad y la visita a un castillo que sin duda merecía la pena el esfuerzo.


Pero, sorpresas de la vida, al subir a la cima de la más alta torre, nos encontramos con que había que pagar la entrada al castillo, aaaay, bird bird!! que pajarones que te decían que tenías que pagar una vez que había subido la cuesta.

Nuestra solución fué hacernos unos sandwich de rigor y las respectivas fotos como buenamente pudimos subidos a un murillo.




Una vez abajo, tran nuevas fotos, nos dirijimos a la estación para volver a Münich. Entre otras fotos que recordad que podéis ver aquí, nos hicimos una importante en la tumba de Mozart, ciudadano ilustre de Salzburgo.




Y en el camino que nos llevaba a la estación ocurrió otro hecho que marcaría el resto del viaje, el regalo de Nati.


Pablo decidió que sería buena idea regalar a Nati (He have a girlfriend) una margarita de plástico de metro y medio de tallo. La verdad esque tenía su encanto la florecilla, que parecía que estaba mojada y todo, pero desde luego su transporte sería algo digno de ver.





Una vez en el tren, por supuesto la policía de paisano nos interrogó por si llevábamos contrabando de tabaco. Como buenos italianos.


Al llegar al albergue vimos una oferta de hora feliz que hizo que los ojos se nos pusieran como platos soperos ultragigantes. La oferta en cuestión decía que podríamos adquirir litro y medio de cerveza por 5€ antes de las 8 de la tarde. Esto y la provocación del Wombat nos hizó ponernos un petardo en el culo, para intentar ver el Olimpia Stadion, ducharnos, cenar y beber la cervezaca.


Al final, algo que se podía preveer. No conseguimos ver el Olimpia Stadium y volvimos en forma de bala hacia el albergue.


Una vez conseguido el llegar al albergue a tiempo y estar en la barra en plena hora feliz, ya imaginándonos un supervaso de cerveza donde cupieran ese litraco y medio de cerveza, resultó que el litro y medio venía repartido en dos vasos de 75. Y amigos, no es lo mismo, asique volvimos a pedirnos la normal de 1 litro que ya sabía a poco.




Después de ingerir la cervezaca, nos tumbamos en el patio cubierto que os mencioné el día anterior. Entonces fué cuando ví que unos personajes se habían dejado minutos gratis de internet en uno de lo ordenadores y para mí que iba sin movil, era una bendición para comunicarme con la familia, asique fuí a ello.
De lo que pasó después, seguramente Ángel y Pablo os podrían describir mejor. Básicemente lo que fué, esque el Karma decidió que el robar una manzana era algo bueno, y recompensó a los susodichos con una cerveza gratis, misterios del karma. Si quereis saber como funciona esto del karma os recomiendo que nos os perdais "Me llamo Earl" una de las mejores series que ronda por TV.


Y así es como terminamos nuestros días en Münich, solo quedaba descansar hasta el día siguiente en el que viajaríamos a Füssen. Y con una promesa en los labios, el año que viene volveriamos, en esta ocasión para el Oktoberfest. ¡¡Que se prepare el Wombat!!

2 comentarios:

  1. Un par de apuntes.

    En primer lugar, te ha faltado mencionar Dinamarca como país visitado (Kobenhavn & Roskilde).

    En segundo, la Happy Hour terminaba a las 20'00 en el Wombat.

    Por lo demás, espero impaciente próximas entregas.

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  2. CORRECTO, ya está corregido

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