martes, 18 de diciembre de 2007

Día 18 - La ciudad de la cerveza (9 de octubre)

Hola chabales.



En la anterior entrada nos dejasteis subiendo en un tren nocturno en Bruselas rumbo a Münich. Lo que tiene un tren nocturno es que no duermes demasiado bien y sobretodo si solo tienes 6 horas, como fué nuestro caso. Esto traerá consecuencias, cómicas sobretodo, que iremos viendo a lo largo de esta entrada del blog.






Muchos pensareis: "6 horas de viaje, entonces llegaríais a las 6 de la mañana a Münich, otra estampa como la de Köln". No hombre, en esta ocasión el tren nocturno nos dejaba en Hannover, y de ahí hasta Münich tocaba cojer un nuevo tren. Esto es el inter-rail.





Un detalle de la estación de Hannover, esque vimos un Marca del día anterior y como por el doble de precio, que ponía a Messi por los cielos, todos sabemos que Messi es bueno, pero yo sabía que para que el Marca lo sacase así, algo tenía que estar liando en España, pero eso es algo que no es prioritario en un viaje como éste, por una vez en mi vida el fútbol es secundario.


Así que, rumbo a Münich.






Por supuesto, este tragineo de tren no nos permitió desayunar como es debido, pero ¡¡aaaaay, bird bird!! esto está todo pensado, nos tomamos un desayuno rico en vitaminas en el propio tren. Ese batido del Spar con galleticas.





Por fin llegamos a Münich y una noticia buena nada más llegar, el albergue a penas estaba a unos metros, ¡¡aleluya!!


Después de hacer las gestiones necesarias en el albergue, que como llegamos antes de tiempo tuvimos que dejar las mochilas "aparcadas" en un armario gigante del albergue, decidimos salir de visita por Münich. Decir que en el albergue habían visitas guiadas gratuitas por la ciudad, pero llegamos tarde para engancharnos a ella, a lo que engancharon a una Argentina que conocimos a la vuelta, maja.
Pues eso es, otra visita, mapa en mano, por una nueva ciudad europea. La verdad esque lo más destacable de la ruta que hicimos, fué este Playmovil gigante.




Nosotros teniamos algo claro, bucábamos lo mejorcito de la ciudad, algo destacable, algo que fotografiar, nosotros buscábamos "MOVIMIENTO" y lo encontramos...





Esque, para los que no lo supiesen, llegamos a Münich un día después de que terminase el Oktoberfest, la mayor fiesta de la cerveza en Münich, coger plaza en el albergue para esos días, del 22 al 8 era prácticamente imposible. Por lo tanto la gente debería estar de un resacón que ni el mismísimo encierro de San Fermín.


Esto desemboca en fotos tranquilas. Pero si hay algo que encontramos aunque no queramos, son los típicos animales de colores que hacían de Ángel un hombre feliz. En este caso leones.





Decidimos volver al albergue a por nuestra habitación y a comer algo. Ya que habíamos vuelto a Alemania, por supuesto nos comimos un kebab como es debido.


En esta ocasión la habitación del albergue era bastante grande y dividida en tres minihabitaciones, sin puerta, con 2 literas cada una, y siendo la última planta, la ventana la teníamos en el techo, todavía desconocemos como se habría y cerraba una ventana que estaba a 5 metros de tu cabeza, menos mal que no llovió.


Por supuesto, después de haber dormido en un tren y estar todo el día anterior dando vueltas por Bruselas y Gante, tocaba ducha. Todos conocemos la tardanza de Pablo en cuanto a higiene se refiere, asique tocaban largos tiempos de espera en los que era inevitable echar una cabezadita, que, cual viaje de fin de curso, el que se duerme es objetivo de decoración por los compañeros de viaje. La verdad esque quedé monísimo.






Después de este episodio postcomida, tocaba ver más Münich. Entre otras cosas que nos encontramos por el camino, visitamos el parque inglés o como lo conocen allí el "Eglischer Garten", oootro parque gigante, verde por supuesto.








Un detalle importante de este parque es que, en el riachuelo que lo atraviesa, en un puente que había donde terminaba el parque, había algo bastante extraño que con la corriente del agua formaba una ola en pleno río, lo cual era objetivo de los surferos germanos, un espectáculo.











Algo destacable también de este parque es la Torre China que había en el centro, una pedazo de torre en la que al pié había un bar donde por supuesto, se bebía cerveza.




Como se puede comprobar en esta última foto, se nos hacía de noche y eso significaba que nos cerraban el supermercado, así que sprint para poder comprar algo de comer.


Había llegado la hora de la cerveza.



Para tal menester, después de cenar una hamburguesa del "burger king" o "McDonalds" no me acuerdo... bajamos al bar del albergue a tomarnos unas "wenas wenas", cervezacas de litro que servían allí por 5€ de la que dimos cuenta. Cerveza típica alemana, buenísima y con una jarra de litro, ¿se puede pedir algo más? Quizá habernos podido entender con las chinitas que había detrás nuestra.








Después de ingerir esa cantidad ingesta de cerveza, para los de la L.O.G.S.E mucha cantidad, muchichísima, tocaba tumbarse un ratico en la terraza del albergue, que direís "¡coño que frío!" nooooo ¡bird bird! que la terraza era cubierta y hacía un calorcito mas bueno, que era perfecto para dormir, porque nos la cerraron que si no.


Y con lo perjudicados que íbamos y ese calorcito tan rico, fué inebitable caer rendido. Lo cual nos dejó esta instantánea, quizá una de las más sugerentes del viaje, aprovechando que Ángel dormía Pablo intentó sobrepasarse con él, sí sí como lo leeís.



Esto duró hasta que nos despertaron porque iban a cerrar, asique subimos a la habitación a dormir que era lo que tocaba, mañana quedaba otro país que visitar, sí sí otro más, aunque fuera fuagazmente.
Pero ya sabeis que eso será otra entrada, tardaré menos tiempo de lo que tardé en escribir ésta, os lo aseguro, pero si no me comentais pues me estanco.
Ale, ¡¡talué viajeros!!

3 comentarios:

  1. No intenté sobrepasarme con él. Lo que ocurre es que me quedé fritísimo por el morao que llevábamos, y la mano cayó donde cayó por su propio peso.

    Lo del baño tiene su aquél, porque en un viaje de 23 días en el que tu momento más íntimo transcurre en un cuarto de baño... los seres humanos tenemos necesidades, que a veces no satisfacen una alemana calentorra o una mexicana lejos de su hogar, por muy buenas que estén.

    Y yo creo que me merezco un monumento por mantenerme célibe en aquel intervalo de nuestras vidas, sobre todo con las penurias que pasamos.

    Salve!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. Como que no intentaste sobrpasarte!?
    A las pruebas me remito

    ay, bird, bird!

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