Despertamos en el gran albergue de Heidelberg.
Al asomarnos por la ventana esa mañana, descubrimos un personaje que venía a visitarnos, se trataba de un pavo. Y ya debeis imaginaros lo que hicimos, un pavo hambriento más superabastecimiento de barritas energéticas. Aquí un vídeo.
Al asomarnos por la ventana esa mañana, descubrimos un personaje que venía a visitarnos, se trataba de un pavo. Y ya debeis imaginaros lo que hicimos, un pavo hambriento más superabastecimiento de barritas energéticas. Aquí un vídeo.
Vaya hambre que llevaba el bicho...
Puesto que a las 13:47 debíamos coger un tren hacia Frankfurt (nuestro último destino), tocaba hacer una visita de las nuestras por Heidelberg. El objetivo era subir al castillo, viendo lo que pudiésemos por el camino.
Por supuesto, el camino hacia el castillo dió pié a sus respectivas fotos por el camino, además de que "el hombre de la margarita" comprase otro regalo, en esta ocasión, una chapa de Franciskaner.
Aquí un ejemplo de las fotos, yo ya estaba un poquito harto de ver todas las fotos iguales y aquí quedó reflejada mi protesta XD.
Después de ayudar a unas asiáticas bastante majas a fotografiarse, cosa de San Pau, fuimos al castillo. Adivinad que tocaba... ¡siiii! una nueva cuesta mortal hacia arriba. Pero en esta ocasión hay documentación visual de la gesta.
Una vez arriba, de nuevo la agradable sorpresa de que hay que pagar por entrar al castillo, por suerte esta vez pudimos tomar grandes instantáneas de las vistas que ofrece Heidelberg, que menos después de subir el tourmalet.
Después de bajar, fotografiamos hasta donde habíamos subido, observad al fondo el castillo.
Solo quedaba comer, un kebab por supuesto, y llegar a la estación de tren para nuestro último destino. Frankfurt.
A ver si obsevais el precio del kebab a la izquierda
Llegada a Frankfurt, ahora haceros a la idea de que llevabamos una mochila gigante a la espalda y que llevábamos toda la mañana andando, cuestaca incluida.
Después de ver dónde debíamos coger el bus que nos llevaría al aeropuerto de Frankfurt-Ham al día siguiente, caminamos de nuevo rumbo al albergue que nos había reservado el hombre de Triberg.
Aquí podeis ver el albergue, igualito al de la foto de la guía de albergues de Alemania.
Una vez en el albergue, nos tocó separarnos de habitación, Ángel a una (escaleras arriba) y Pablo y yo para otra, con otros 2 desconocidos compañeros de habitación. Duchica y nos vemos abajo. No hay video de la ducha ¡pájaros!
Deicidimos cenar el menú que nos ofrecía el albergue. El lugar de la comida estaba llenito de crios de 15 años y Ecuatorianos, tal cual... La cena, riquísima. Todo lo que no eran sandwich sabía a gloria y más calentito.
Después de 22 días y todo éste caminando, no había ganas de nada, asique lo único que hicimos fué buscar un sitio donde ver el Dinamarca - España de clasificación para la eurocopa. En los bares solo encontramos otros partidos que no era el nuestro y en el albergue daban el Alemania - Irlanda, obviamente. Lo único que conseguimos fué un sport-bar que ponía los resultados en una especie de teletexto, 1-3 es todo lo que vimos.
De vuelta al albergue, partidita de futbolín. Si somos 3, pero en esta ocasión se nos unió una chabalita de unos 15 años, nativa de Hong-Kong. Seguramente los que me conocen saben de mi devoción por las asiáticas, pero también sabrán que soy buena gente y no suelo interesarme por alguien con 12 años menos que yo :p, aunque la chabala era guapa hay que reconocerlo, el idioma...
Total, que a dormir y esperar a ver los compañeros de habitación, en la nuestra un par de Hooligans que os relataré en la próxima entrada ya que casi corresponde con el próximos día, nuestro último día en tierras bávaras.
Solo diré un nombre, Ronquete, creo que ya os imaginais el resto...
Ale, hasta la próxima entrada, ¡¡el último día!!
Aim, que tristeza ya se vuelve a acabar el viaje :'(
ResponderEliminarQuiero irme otra vez!!!!!!!!!!!!!!!!