Brujas básicamente está lleno de canales, incluido uno de agua verde que teníamos al lado del albergue.
Pues eso hicimos, visitar canales. Siguiéndolos es como nos vimos Brujas. Algo que destacar sería el mercado callejero que había por alli. Los comercios sacaban a la calle sus productos y lois vendían en plena calle. Todo acompañado por música que salía de unos altavoces instalados por las calles, entre otras grandes canciones sonó ni más ni menos que "Eye of the tiger".
Una de las cosas que nos dolio en el alma, sobretodo a Pablo, fueron unas ranas que vendia una señora en su puesto. Pablo las vió como un regalo perfecto para Nati, pero el inter-rail es un viaje en el que el espacio juega un papel fundamental y no pudo ser, asique allí se quedo la rana sin un verdadero hogar en España.
Todo el centro histórico de Brujas es peatonal disfrutamos de las vistas de los edificios antiguos que molaban bastante. Es habitual recorrer la ciudad en bicicleta, en coche de caballos, o en rutas a través de sus canales. Estuvimos paseando por la plaza del Burg donde encontramos el Ayuntamiento y la Basílica de la Santa Sangre, y la plaza Mayor (Grote Markt) donde está su campanario gótico (Belfort), de 83 metros de altura y más de 300 escalones.
Las fotos de los canales fueron nuestro filón como comprendereis. Yo estoy personalmente ogulloso de una que le hice a mi primo en uno de ellos. La verdad esque soy un fotografo de clase y categoría (mi segunda afición XD)
Y como Pablo se estaba poniendo muy fotogénico, decidimos encerrarlo en la mazmorra del río, para que aprenda.
Otra cosa importante en Brujas y Bélgica en general, que estareis pensando "¡que pasa con esto chabal!, es el chocolate.
Pues he de decir que la leyenda es cierta, Brujas está llena de chocolaterias por sus calles adoquinadas, no compramos nada de chocolate excepto los Gofres, fieles a nuestro estilo ultra-ahorrativo, pero ganas no nos faltaron.
A la hora de comer visitamos el Minnewaterpark, conocido como "el lago del amor", y como los 3 nos tenemos mucho aprecio pero nada de amor, decidimos hacernos la típica foto de "pongase usted aquí". Si alguien quiere aparecer en la foto no tiene más que dejar un comentario en esta entrada del blog :p.
Y vosotros estareis pensando que hacer todo esto tiene que costar un pico y rascarte la saca. Pues no hijos míos, con piernas y a lo loco como diría aquel se mueve uno, ¿y la comida? aquí una demostración en forma de vídeo.
Después de esto, y fieles a nuestra costumbre, echamos a andar. En esta ocasión teníamos otro objetivo "Brujalesco", que es ver los molinos que por alli andan, o como diría Don Quijote "desaforados gigantes a los que daré muerte con mi espada...".
De regreso al albergue, teníamos dos nuevas compañeras de habitación, catalanas para más señas. Tampoco hay fotos de las susodichas, pero el arrepentimiento no es comparable al de no haber inmortalizado a la alemana de Köln.
Nos fuimos a tomar unas cervezas con ellas, las estudiante de Erasmus y la "amiga mochila" de todas las amigas que tiene en el extranjero. El Bar era inglés y jugaban a un juego que consitía en que uno de los camareros hacía preguntas en un miniescenario a los grupos que debían responder, en inglés claro. Nosotros por supuesto no participamos porque cobraban unos 4€ (creo) por mesa y fieles a nuestra costumbre, no pagamos cosas extra inservibles. Ahora sí, si hubiésemos participado, sino ganado, habríamos quedado en muy buena posición.
Decir que los catalanes son una "raza" peculiar. Estas por ejemplo, cuando entramos en la habitación, se les escuchaba hablar entre ellas en castellano, pero de un momento a otro cambiaban al catalán, curioso cuanto menos. También, ahora mismo no recuerdo el sitio, estabamos recién llegados a una estación de tren, y había un grupo de españoles hablando entre ellos, pues de un momento a otro, se nos acerca una tiparraca de este grupo y se pone a preguntarnos dónde estaba "algunaparte" en catalán, fijate tú que cosa.
Bien, la conversación con las catalanas iba cada vez más deribando a un intercambio de palabras cada vez más absurdas en proporción a las cervezas que íbamos consumiendo. Incluso continuó la conversación acostados cada uno en sus respectivas literas. Hasta Pablo confesó la lectura del diario... Al final parece que quedaron en ducharse y todo por la mañana. Las duchas.
Hay que hablar de las duchas del albergue. Para ducharse había que salir de la habitación bajar las escaleras de caracol, nada seguras, pasar por enemedio del bar, de la cocina y de una especie de patio en el que hacía un frío que ponía a prueba tus verdaderas ganas de ducharte. Una vez que te encontrabas en este patio veías lo siguiente:
Por ahi había que entrar y subir unas escaleras a la izquierda para subir a las duchas. Las duchas tenían un mecanismo bastante sofisticado (observese el sarcasmo). El funcionamiento era el siguiente:
Y bueno, de ahi no salía agua, eso era magma volcánico. No he visto nunca un agua que ardiese de esa forma, ni la que usa mi Arguiñano para hacer una sopica. Asique el sistema de los valientes que nos duchábamos era remojarte un poquitín y salir escopeteado hasta la próxima tanda. Salias que parecias el propio tren echando humo, pero ahora sí, te afeitabas que daba gusto, los poros más abiertos que he tenido yo en mucho tiempo.
Esto es lo que dió de sí el día 16 del inter-rail en Brujas. Entrada algo más larga por petición popular, no te olvides de comentar lo que te ha parecido, seas quien seas y hasta la próxima entrada, en la que visitaremos Gante y Bruselas, también en Bélgica y cojeremos otro tren nocturno ¿hacia dónde? ya lo verás.
Como diría Homer: "¡¡Adios pringaos!!"
Pues sí, la opinión pública exigía una entrada más extensa, que te estabas acomodando tú mucho a lo de plantar las fotos y poner cuatro líneas. Pero bien, ésta es la línea argumental que esperábamos de ti.
ResponderEliminarIniciativa no es algo que te falte, por lo que veo. No creo que podamos agradecerte lo suficiente este blog con los greatest hits del viaje.
Buen trabajo chavalote. El miércoles o el jueves tenemos una cita para conmemorar el día de la cerveza (The Beer Day), que esperamos se perpetúe en el tiempo.
Saludos mochileros con cierto tufillo avinagrado. Lo que Ronquete ha unido, que no lo separe el hombre.
Por lo menos eran simpáticas las catalanas, no como otros compañeros de cuarto que ni saludan.
ResponderEliminarLo más cutre del quiz ese del bar es que la mesa que ganó obtuvo una tableta de chocolate :O