Gastamos las coronas que nos quedaban ya que no las volveriamos a utilizar, fue más dificil de lo que parecía, porque en el último momento aparecieron 20 :- en el bolsillo de mi abrigo, como llegaron allí es todavía un misterio, cosas del karma.
Nueva carrerica para coger el bus que nos lleva a la estación, pero gracias a un pequeño retraso, lleamos a tiempo, cosa no muy buena, porque perdimos el tren que deberiamos haber cogido en Copenhague con dirección a Berlín, asique más tiempo que no disfrutariamos en la capital germana. Por lo tanto hicimos una nueva reserva del tren a las 15.38, no había otra...
Una vez en Copenhague y por aprovechar el tiempo, decidimos ir a una localidad cercana, Roskilden.
Roskilden la vimos bastante poco, pero básicamente es un nuevo pueblo verde y con carril bici, comimos allí y luego de vuelta a Copenhague para cojer el maldito tren.
Pues sí, la foto del medio es un parking de bicicletas en Roskilden, que no es ni la mitad de la mitad de lo que realmente era.
De vuelta en Copenhague y esperando al tren que nos llevaría a Hamburgo y de Hamburgo a Berlín, decidimos apelar a la bondad danesa pidiendo coronas para cerveza.
Por fin conseguimos montarno en el ten y ¡sorpresa! de repente el tren se acerca a un puerto y como si nada nos subimo a un ferry que nos conduciría a Hamburgo, otro transporte más que añadir a la lista, este viaje está dando de sí.
Una vez que llegamos a Hamburgo, hicimos las reservas para los trenes nocturnos que nos quedaban para evitarnos posibles sorpresas. Con la respectiva foto a la gigantesca estación.
Y por fín, cojemos el tren que nos llevaba de Hamburgo a Berlín.
Llegamos a Berlin Hauptbahnhof, pedazo estación en la que hicimos un video el día siguiente pero que os dejo ahora porque luego se me olvidará, asique que no os engañe la luz, porque llegamos a Berlín practicamente a las 11 de la noche.
Como que no sabes de dónde salieron las 20 :-, pues de lo que te gusta sisar XD
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